Garantizar y mejorar el bienestar animal es un tema estratégico e integral en una granja lechera. El impacto va más allá de la granja y se observa de cerca por consumidores en la decisión de compra. La transparencia es clave. La mejora continua del bienestar de todos los grupos de animales en la granja tendrá un impacto positivo en el coste de la producción y de la eficacia. Las vacas que se mantienen bajo estándares más elevados de bienestar viven durante más tiempo y son, en última instancia, más productivas.

La cosecha de alta calidad del terreno y su transformación en leche es el proceso más crítico, impactante y difícil de una granja. La buena elección de cultivo puede mejorar la salud del terreno, reducir las huellas de carbono y de agua, mantener el bienestar y la salud animal y mejorar el margen de beneficio del granjero. Proporcionar esto en la dieta óptima es una tarea diaria.

El uso de datos del terreno y requisitos de cultivo para equilibrar las necesidades nutricionales del cultivo permiten ofrecer una cosecha y calidad óptimas, al tiempo que también generan una producción agrícola sostenible y rentable. La optimización del uso de nutrientes para la gestión de los cultivos supondrá un mayor rendimiento de la producción. Esto se logra equilibrando las necesidades de los cultivos con resultados disponibles en la granja (terreno y orgánico) y externos (fertilizante mineral).

El rebaño de vacas forma la base de una granja lechera. Desde ganado joven hasta hembras en período de lactancia, la optimización de la reproducción a través de las mejores prácticas puede dar lugar a una producción lechera más sostenible en los años venideros.

El terreno es donde empieza la vida. Un terreno saludable permite capturar carbono en el terreno, nutrir la biodiversidad y retener agua, que a su vez genera cultivos saludables y productivos, más resistentes a la sequía y a otras consecuencias del cambio climático. Un plan a largo plazo de la gestión del terreno (con cultivos de cobertura, minerales equilibrados y aportaciones de nutrientes, y bajo cultivo) mejorará la salud y fertilidad del terreno. Una continua implementación de las mejores prácticas es clave, ya que la mejora de la salud del terreno lleva su tiempo.